La sufridora (izquierda) y la del exceso de sexo (derecha) |
Nuestra sufridora amiga, de nombre Lindsay Blankmeyer, de 22 años, se hartó de esperar a que la universidad le reasignara una habitación individual para no tener que aguantar las nochecitas de pasión que tenía su compañera, y terminó sufriendo una depresión suicida, abandonando los estudios y recibiendo tratamiento psiquiátrico. Y yo os digo que si tuviera un compañero de piso y noche tras noche viera que se hincha a follar y yo no mojo, yo también terminaría con depresión... Según la demanda, las dos vivían en un "ambiente tóxico" que era "emocionalmente exigente" para Blankmeyer, que tenía un pre-existente "depresión" y fue conducida casi al suicidio por la actividad sexual de su compañera.
Señores de la URJC, preparense que les voy a demandar por no proporcionarme una compañera adicta al sexo!!! |
Por su parte, la otra aludida en el caso, de nombre Laura Silda, tampoco lo ve tan grave... Al fin y al cabo, las relaciones las mantenía con su novio... aunque a escasos metros de Blankmeyer... Y según parece también podría haber mantenido ciertos jueguecitos por internet con él a través del Skype... Uhm, esas conversaciones con la webcam... Y en cuanto a la universidad, han asegurado que sí es cierto que recibieron una petición para un cambio de habitación, pero que nunca se les informó del motivo, además de afirmar que ofrecieron otras alternativas de reubicación que Blankmeyer rechazó!
Les seguiremos informando!
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