El protagonista de nuestra historia es un pontevedrés que compró un alargador de penes por Internet, y terminó recibiendo una lupa por correo!!! Suponemos que por esa vergüenza de adquirir personalmente un producto así en una tienda, decidió comprarlo a través de una página web. Al cabo de los días, el paquete (la caja, no la zona testicular...) llegó a su casa, pero al abrirlo, no se encontró un cacharro similar al Jes Extender, no, sino que se encontró una lupa!!!
Obviamente mosqueado, y con el pene con el mismo tamaño, este pontevedrés se presentó el 6 de enero, día de Reyes, en la Comisaría Provincial de Joaquín Costa con la intención de meterle otro paquete (mismo chiste que antes...) a los de la tienda, por haberle timado y haber sido víctima de una estafa telemática. Sin embargo, el hombre terminó desistiendo y decidió no poner la denuncia... llevándose la lupa de nuevo.
"Técnicamente sería discutible hablar de una estafa porque agrandar, lo que se dice agrandar, es lo que, a fin de cuentas, hace una lupa", declaró con algo de coña un funcionario de la Comisaría.
Ya con menos coñas, otros agentes declararon que este tipo de estafas está siendo bastante habitual, y que es difícil de detener, ya que el vendedor suele crear una cuenta con una identidad falsa, y a la que recibe el dinero, la cierra y desaparece... y no hay ni rastro de él, ni de la web, ni del producto que te ha vendido... Así que, amigos, tendremos que tener cuidado con lo que compramos por Internet y, no se engañen, porque del mismo modo que lo único que detiene la caída del cabello es el suelo, que es donde termina, no se compliquen con los tamaños de ciertas cosas, que somos algo más que una salchichita!!!! Y si no les convence mi teoría, lean lo que puede pasar por intentar alargar el pene, lean...
Y SE LE QUEDA ATRAPADO!!!
Y es que un californiano introdujo su pene por el hueco central de una pesa con el objetivo de estirar su cosita, y aquello quedó atascado... Mala idea, amigos!!! El metal cortó la circulación de la sangre, aquello se hinchó y no hubo forma de sacarlo... Lo más gracioso es que aquí el valiente tardó tres días en pedir ayuda... Dios... Tres putos días con una pesa de 10 kg entre los calzoncillos!!! Finalmente, nuestro otro héroe tuvo que pedir ayuda a a los médicos en un hospital, y tras ver aquello, los médicos le mandaron a los bomberos, que tuvieron que cortar la pesa con una radial, mientras trataban de refrigerar la zona, ya que al cortarlo, el metal se calentaba, y al calentarse, había riesgo de obtener unos "huevos cocidos"... Y así se tiraron dos horas...
"Éste ha sido un rescate que tiene lugar una vez en la vida", declaró uno de los bomberos.
"Con esto me van a hacer el jefe de la tribu...", dijo con algo de sentido del humor el californiano.
Les seguiremos informando!
No hay comentarios:
Publicar un comentario