Hace un par de días, y no sé exactamente muy bien por qué, me paré a pensar en lo típico de cómo han evolucionado principalmente las tecnologías, y los cacharros que usábamos hace años... Y tras un buen rato, la conclusión fue "joder, no puedo creer que usase esas mierdas!". Así que, de eso va nuestro artículo, principalmente de cacharros que antes usábamos (aunque también hay un apartado especial para ropa) y que ahora vemos con cierta nostalgia pero que con el paso de los años, cada vez nos parecen peores! Y sí, muchos de los artículos son los típicos artículos nostalgia, de esas frases ochenteras y de aquellos que vivimos en la generación de la EGB, pero bueno, intentaremos ser originales! Ah, y aclaramos, realmente la mayoría de los cacharros eran muy útiles... pero en su momento!! Quizá el título del artículo sea un poco... agresivo... porque realmente no hay muchas mierdas en el artículo. Ahora nos parecen atroces, pero salvo alguna cosilla por ahí, no hay grandes productos fracasados y la gran mayoría de ellos sí que los usamos durante mucho tiempo... Aunque si quieren saber cosas sobre tecnologías fracasadas, les recomendamos el podcast de Vuelo 180 titulado "El futuro es ayer"!
EL WALKMAN, DISCMAN Y LOS CASCOS CON RADIO: MÚSICA PARA TUS OÍDOS!
Vivimos en una época en la que lo tenemos todo en nuestra mano, o en nuestro bolsillo, gracias a nuestro teléfono móvil, ya sea un smartphone de última generación o no. Qué fácil se nos hace ahora pensar que si queremos escuchar música, sólo tenemos que darle a un botón del móvil, pero recordemos, amigos, esas grandes mierdas que usábamos hace años... Nuestro reproductor móvil de música no era otro sino nuestro amigo el walkman, ese miniradiocasette que llevábamos encima cuando nos íbamos de excursión o que te acompañaba en el tren para ir a la universidad. Para empezar, pesaba un huevo, ya no sólo por los componentes del propio walkman, sino además, porque había que alimentarlo con su correspondiente cinta TDK de cromo que también pesaba lo suyo y de dos maravillosas pilas que se agotaban cuando menos lo esperabas. Usando la radio, la verdad es que las pilas solían durar bastante, pero en cuanto le metías una cinta... Al menos sabías cuando se iba a agotar la pila, porque de re-pen-te la mú-si-ca em-pe-za-ba a ir leeeeeeen-taaaaaa caaaaaaaaaa-daaaaaaaaaaa veeeeeeeez maaaaaaaaaaaaaaás... Pero solía funcionar bien... Lo de llevarlo mientras hacías deporte, eso ya era otra cosa... Para escuchar la radio, estaba bien, aunque se te bajasen los pantalones cada dos por tres por el peso del puto walkman, pero escuchar una cinta era imposible, ya que al correr, el walkman vibraba y la cinta con él, por lo que la música iba a saltitos...